viernes, 29 de abril de 2011

Internet Segura para los niños, niñas y adolescentes

Alberto Quesada Rojas
Politólogo graduado de la Universidad de Costa Rica.
Estudiante MBA Universidad Fundepos Alma Mater.
Asesor de la Presidenta Ejecutiva del Patronato Nacional de la Infancia.
Representante del PANI ante la Comisión Nacional de Seguridad en Línea. 

Muchos temas nos preocupan como padres, madres, encargados o cuidadores de niños, niñas y adolescentes,  es clara y evidente nuestra determinación en el futuro de nuestra niñez y son muchas también las dificultades que nos trazan a menudo caminos difíciles.  Por eso, es importante que compartamos experiencias, conocimientos y mediemos a través de todos los temas que acontecen alrededor de la niñez y así podamos prevenir de violencia y dolor, y restituir cuando aún haya tiempo.
Hoy quiero comenzar a esbozar un tema que poco a poco ingresa en la Agenda nacional y que tiene una fuerte relación con la crianza y acompañamiento de nuestros niños, la Seguridad en la Navegación en Internet.
Dejando de lado los argumentos en contra que este tema podría tener, sobre todo aquellos que tratan de restarle importancia, hoy comenzaré exponiéndoles algunos hechos que nos indican seriamente la importancia de este tema, quiero decir, que hoy lanzaré el problema, las situaciones a las cuales los niños, niñas, adolescentes y padres se están enfrentando algunos con conocimiento, otros con pocos conocimientos y muchos en total desconocimiento de la vida digital y sus riesgos paralelos.
Recientes investigaciones indican que cada vez son más los niños, niñas y adolescentes que navegan en internet y que se desenvuelven en entornos de redes sociales (web 2.0 será un tema que trataremos en el futuro). Por ejemplo, adolescentes costarricenses de 13 a 18 años un 37,4 % invierten de 3 a 5 horas semanales navegando en las redes sociales y un 21 % más de 20 horas semanales. (PANIAMOR)
Para el año pasado (2010), un 57% que utilizan el Internet fijo son personas con edades entre de 15 a 29 años, mientras que solamente un 10% son personas de 50 a 64 años de edad. El 35% corresponde a personas entre 30 a 49 años de edad.
Es un hecho entonces, que son los jóvenes de todas las edades en Costa Rica los que le dan vida a la Internet en General y a las Redes Sociales en Específico, y además son tendencias hacia arriba y hacia menores edades, es decir, cada vez más jóvenes y a una menor edad ingresan a la vida digital.
Los estudiosos además aseguran que las redes sociales, más que un fenómeno de moda o pasajero, vino a convertirse en un medio de socialización importante y en algunos casos determinantes para los niños, niñas y adolescentes, donde ha ampliado sus grupos de pares (red) conversan, dialogan y aprenden.
Sin embargo, y con esta pregunta termino el día de hoy ¿Están nuestros niños, niñas y adolescentes preparados y educados para navegar de forma segura en internet? ¿Conocerán los riesgos que implica la vida digital? y aún más allá, ¿Nosotros, como padres, encargados y cuidadores estamos preparados para acompañarlos en este proceso de manera integral y adecuada?
En las próximas semanas seguiré publicando más información sobre este tema, así como estrategias y formas de acompañamiento para que la navegación elimine los riesgos, y además espero sus reacciones porque les recuerdo, se debe mediar y no imponer, las mejores estrategias las creamos conversando y escuchando.

martes, 26 de abril de 2011

El niño (a) Asperger y su interacción escolar.



Nathalia Calderón
Directora del CELA (Centro Especializado en Lenguaje y Aprendizaje).
Terapeuta de Lenguaje, Máster en Psicopedagogía, Máster en Administración Educativa y Licenciada en Educación Especial. Especialista en problemas de aprendizaje. Profesora UNED Sistema de Estudios de Posgrado.
Colaboradora del programa "Buen Día".

El Síndrome de Asperger (también llamado el trastorno de Asperger) es un tipo relativamente nuevo de trastorno del desarrollo; este término ha sido utilizado de modo más generalizado durante los últimos quince años.   El Síndrome de Asperger es el término utilizado para describir la parte más moderada y con mayor grado de funcionamiento de lo que se conoce normalmente como el espectro de los trastornos generalizados del desarrollo (o espectro autista). Al igual que las demás condiciones registradas en dicho espectro, se cree que el AS representa un trastorno del desarrollo con base neurológica, de causa desconocida en la mayoría de los casos, en el cual existen desviaciones o anormalidades en tres amplios aspectos del desarrollo: conexiones y habilidades sociales, el uso del lenguaje con fines comunicativos y ciertas características de comportamiento y de estilo relacionadas con rasgos repetitivos o perseverantes, así como una limitada pero intensa gama de intereses. 
 Dado que en el AS existe un rango o espectro de la severidad sintomática, numerosos niños con una deficiencia leve, que pudieran reunir los criterios para un diagnóstico de AS, no reciben ningún diagnóstico, se consideran "especiales" o "simplemente diferentes", se diagnostican erróneamente con un Trastorno de Atención, problemas emocionales, etc. Muchos especialistas en este campo opinan que no existe un límite claro entre los niños con AS y los niños "normales pero diferentes". La inclusión del AS como una categoría separada dentro del nuevo DSM-4, con criterios de diagnóstico bastante claros, debería facilitar la  consistencia del diagnóstico.
Los niños (as) se ven afectados en su desarrollo psicomotriz, emocional, social y del lenguaje, lo cual suele en muchas ocasiones confundirse con un “retraso mental medio” y que les impide integrarse a la sociedad en forma normal.  Empero, si la detección se hace de manera oportuna, es válido una estimulación temprana (oportuna), lo cual les brindará la oportunidad de integrarse socialmente y alcanzar un mejor desarrollo con capacidad para comunicarse verbal y corporalmente.
De ahí la importancia de que los padres y madres de familia, se den a la tarea de observar el comportamiento de sus hijos (as), pues de ello depende en gran medida una vida con calidad , evitándole así  que sufran grandes limitaciones.
El AS se asocia frecuentemente con otros tipos de diagnósticos, también de origen desconocido, tales como: trastornos con tics nerviosos, problemas de atención y problemas de estados de ánimo como depresiones o ansiedad. En algunos casos, existe un componente genético claro, con uno de los padres (con más frecuencia el padre) que presenta un cuadro completo de Asperger o algunas características;  los factores genéticos aparecen más a menudo en el AS que en el caso del autismo clásico. En los familiares de niños con AS, los rasgos temperamentales que aparecen con más frecuencia, solos o combinados entre sí, son intereses intensos y limitados, estilo compulsivo o rígido y torpeza social o timidez. A veces, existe una clara historia familiar de autismo en parientes próximos, lo que reafirma la impresión de que el AS y el autismo son síndromes relacionados entre sí. Otros estudios han mostrado una incidencia relativamente alta de depresiones, tanto bipolares como unipolares, en los familiares de niños con AS, lo que sugiere una conexión genética, al menos en algunos casos. Es probable que, tanto para el AS como para el autismo, el cuadro clínico esté influenciado por muchos factores, entre ellos el factor genético, pero en la mayoría de los casos no existe una causa única identificable.
Los nuevos criterios del DSM-4 para el diagnóstico del AS, que contienen un vocabulario muy similar al de los criterios diagnósticos del autismo, estos  incluyen la presencia de:

*       Deficiencias cualitativas en la interacción social, que incluyen algunos o todos los siguientes criterios:

*                  Uso deficiente de comportamientos no verbales para regular la interacción social.
*                  Fracaso en el desarrollo de relaciones apropiadas con personas de su edad.
*                  Falta de interés espontáneo en compartir experiencias con los demás.
*                  Falta de reciprocidad social o emocional.

*       Patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos, repetitivos y estereotipados, entre los que se incluyen:

*                  Preocupación por uno o más patrones de interés estereotipados y restrictivos.
*                  Adherencia inflexible a rutinas o rituales específicos y no funcionales.
*                  Movimientos motores estereotipados o repetitivos, o preocupación con partes de objetos.

Estos comportamientos han de ser de suficiente intensidad como para interferir de modo significativo con áreas de funcionamiento sociales u otras áreas. Además, no debe existir un retraso asociado significativo en cualquier función cognitiva general, habilidades de autonomía y adaptativas, interés por el medio o desarrollo global del lenguaje.
La marca distintiva más obvia del síndrome de Asperger y la característica que hace a estos niños tan únicos y fascinantes, son sus áreas de "especial interés", los intereses se centran más a menudo en áreas intelectuales específicas. Con frecuencia, al ir al escuela, e incluso antes, estos niños muestran un interés obsesivo en áreas tales como las matemáticas, los aspectos científicos, la lectura (algunos tienen una historia de hiperlexia - lectura mecánica a una edad precoz), o algunos aspectos de historia y geografía, queriendo aprender todo lo posible sobre el tema en cuestión y sacarlo a colación en conversaciones o actividades de juego libre.
Otras de las principales características del AS es la falta de socialización y este aspecto también tiende a diferir bastante de lo que ocurre en el autismo típico. Aunque los profesores y los padres sienten que los niños con AS están frecuentemente "en su propio mundo" y preocupados por su propia agenda, no están prácticamente nunca tan aislados como los niños con autismo. De hecho, la mayoría de los niños con AS expresan un deseo de adaptarse socialmente y tener amigos, por lo menos a partir del momento en que van a la  escuela. A menudo se sienten profundamente frustrados y desilusionados por sus dificultades sociales. Su problema no es tanto una falta de interacción como una falta de efectividad para establecer interacciones. Parecen tener dificultades para saber como "conectar"  socialmente, esto como un "trastorno de empatía", es decir la falta de habilidad para "leer" de modo efectivo las necesidades y perspectivas de los demás y responder a éstas de un modo apropiado. A consecuencia de esto, los niños con AS  tienden a malinterpretar las situaciones sociales y los demás consideran frecuentemente sus interacciones y respuestas como "extrañas". 
Aunque las habilidades de lenguaje "normales" son un rasgo que diferencia el AS de otras formas de autismo, existen diferencias observables en la manera que tienen los niños con AS de usar el lenguaje.   Sus  habilidades son  de tipo más mecánico, muchas veces muy fuertes. Su prosodia (aspectos del lenguaje hablado tales como el volumen del habla, la entonación, la inflexión, el ritmo, etc.) es con frecuencia bastante extraña. Algunas veces, su lenguaje suena demasiado formal y pedante, no suelen usar (o usan mal) los modismos e interpretan las cosas con demasiada literalidad. La comprensión del lenguaje tiende hacia lo concreto, apareciendo problemas crecientes a medida que el lenguaje adquiere mayores niveles de abstracción. Las habilidades de lenguaje pragmáticas o conversacionales son a menudo flojas, debido a problemas con el turno de palabra, su tendencia a referirse a sus áreas de especial interés o las dificultades en sostener el ritmo de "dar y tomar" de una conversación. Muchos niños con AS presentan dificultades con el sentido del humor, no suelen entender los chistes o se ríen a destiempo; no obstante, unos pocos muestran interés en el humor y los chistes, especialmente cuando se trata de juegos de palabras.
Cuando se examina el desarrollo temprano del lenguaje en niños con AS, no se observa un patrón único: algunos presentan pautas de desarrollo normales o incluso precoces, mientras otros muestran retrasos evidentes en su desarrollo temprano del lenguaje, retraso que se recupera rápidamente hacia un lenguaje normal cuando empiezan a ir a la escuela. En un niño menor de tres años que no ha adquirido todavía un nivel de lenguaje normal, el diagnóstico diferencial entre el AS y el autismo leve puede llegar a ser difícil, y solamente el paso del tiempo permitirá clarificar el diagnóstico.
También ocurre con frecuencia que se puedan apreciar, especialmente en los primeros años, características de lenguaje similares a las del autismo, tales como lenguaje perseverante o repetitivo, así como la utilización de frases hechas que han oído previamente.

A través de las estrategias lúdicas el niño con el Síndrome de Asperger:

*       Mejora sus relaciones sociales: Al darle la oportunidad de desarrollar conductas que le permitan iniciar, establecer y mantener relaciones adecuadas con las personas que lo rodean e interactuar adecuadamente con ellas.
*       Incrementan la capacidad de referencia conjunta: Al proporcionarle experiencias en donde tenga la necesidad de participar verbalmente en la planeación de eventos o actividades y en las cuales tienen que intervenir otras personas para lograr un fin determinado al tener un mismo objetivo.
*       Desarrollan funciones comunicativas: Al darle la oportunidad de expresar sus deseos, sentimientos e ideas tratando de que lo haga en forma clara.
*       Estimulan el lenguaje expresivo: Al propiciar situaciones adecuadas en las que el niño pueda manifestar sus emociones y sentimientos.
*       Desarrollan el lenguaje receptivo: Al sensibilizarlo para que pueda entender tanto el lenguaje verbal como el no verbal.
*       Al niño se le capacita para que pueda manejar adecuadamente estrategias de anticipación y planeación: Al darle la oportunidad de conocer eventos y acontecimientos en donde puede anticipar consecuencias.
*       Mejora la flexibilidad de su pensamiento: Al proporcionarle estrategias para que sea capaz de adaptarse a situaciones nuevas sin angustiarse.
*       Estimula la ficción o imaginación: Al invitarlo a participar en juegos de ficción e imaginación representando a diferentes personajes.
*       Incrementa su capacidad de imitación: Al enseñarle estrategias con las cuales sea capaz de imitar conductas, actitudes, forma de comunicarse y expresarse.

Probablemente, el mejor tratamiento para el Asperger es el que se basa en dos aspectos: estimulación y paciencia.

"Si el alumno no puede aprender por el camino en  que se le enseña, el docente debe enseñar atendiendo al camino por el que el alumno aprende"

miércoles, 20 de abril de 2011

Mundo de colores

Geovanna A. Sánchez
Historiadora y Docente, Universidad de Costa Rica
Se ha dedicado por muchos años a la atención de niños con necesidades educativas especiales, así como aquellos pequeños con dificultades en el área de lecto-escritura.


¡MundDColores!
Quiero compartir con ustedes algunas ideas para enseñar los colores a sus pequeños.  

  • Establezcan un día para cada color que quieran enseñarle a sus hijos; por ejemplo “el día de rojo”, y díganselo a él. 
  • Si es posible, vistan a sus chicos de ese tono y ojalá lo puedan hacer ustedes también.  
  • Elaboren una figura geométrica  en papel o cartulina de la tonalidad que eligieron  y escriban el nombre de la misma, lo pueden hacer en español, inglés, etc. (   rojo        red  ) Peguen los carteles a la altura de sus pequeños (deben quedar frente a los ojos de sus niños, no más alto) y en un lugar que él esté viendo frecuentemente. Pueden comentar también las características de la figura que eligieron.
  • Busquen juntos en la casa, durante el transcurso del día, todos los objetos del tono que está aprendiendo: los juguetes, pueden hacerlo también en libros de cuentos, en la televisión, en los alimentos. 
  • Hagan competencias sobre quién encuentra más cosas del color del día. 
  • Propicien que los niños hagan un dibujo y lo coloreen con la tonalidad que está aprendiendo, siguiendo con nuestro ejemplo, ese será el “dibujo del rojo”.
  • Si salen de paseo, aprovechen para identificar colores en la naturaleza, en el supermercado, juegue con su pequeño a contar autos de diferentes tonos, no pierda ninguna oportunidad para que los identifique.
  • Cómprele globos del color del día.
  • Pegue los carteles que vaya elaborando en un lugar donde él niño los esté viendo y repasen diariamente los colores estudiados de una forma divertida, cuando el niño se haya dispuesto a hacerlo, o bien, deje que él tome la iniciativa.
  • Se trata de aprender jugando, así que, diviértanse en un mundo de colores.

martes, 19 de abril de 2011

Consejos a la hora de escoger juguetes para nuestr@s hij@s

Priscilla Mora
Licenciada en Orientación Infantil y Máster en Educación Temprana de Framingham State College. Recibió cursos con Glenn, Janet y Douglas Doman, sobre el reconocido "Método Doman." Ha trabajado con niños y padres desde hace 17 años. Directora y decana en Educación en la Universidad Latina. Encargada de la sección de estimulación temprana del programa "Buen día" y a partir del mes de mayo conductora del programa "El ABC de los padres", por Xpert TV 33.



 ¿Es apropiado para la edad de su hijo y su nivel de desarrollo? La mayoría de juguetes traen una edad recomendad que debe ser tomada como punto de referencia. Es importante que seamos realistas con respecto a las habilidades y madurez de nuestro hijo. Por ejemplo, si su hijo de 3 años aún se lleva todo a la boca no es recomendable comprarle juguetes que tengan piezas pequeñas.

 Piense en grande.  Hasta que tu hijo tenga 3 años, los juguetes deben ser más grandes que su boquita para evitar la posibilidad de que se lo traguen. Una buena forma para medir si el juguete es apropiado para su bebé es meterle dentro del cartón vacío de papel higiénico. Si el juguete cabe dentro de dicho cilindro, NO ES SEGURO para su bebé.

¿Es muy pesado el juguete? ¿Podría el juguete causarle daño a su hijo si le cae encima? Si la respuesta es afirmativa, definitivamente no es una buena idea.

 Adquiera juguetes que esten bien armados. Es decir, que esten bien cosidos, bien reforzados y la pintura no esté pelandose. Los peluches es mejor que no tengan botones, lana, lazos o cualquier cosa que pueda arrancar y meter a su boca.

¿Está su hijo listo para este juguete? Por ejemplo, los padres tienden a comprar una bicicleta un tamaño más grande para no tener que comprar una nueva el siguiente año. Esta táctica puede causar una lesión seria si su hijo no tiene la destreza física para controlar la bicicleta más grande.

¿Está el juguete en buenas condiciones? Los juguetes usados que pasan de generación en generación, pueden representar un gran riesgo algunas veces. Examine tanto en los juguetes nuevos como antiguos, el estado de las baterías, los ojos o partes plásticas que puedan removerse fácilmente o se puedan desprender.

• El juguete tiene una cuerda que mide más de 30 cm? Una cuerda se puede envolver alrededor del cuello del niño. Apenas su hijo puede trepar en sus manos y rodillas es importante quitar los móbiles de la cuna. 

• Hay imanes en el juguete ? Los imanes pequeños y poderosos son usados frecuentemente en los juguetes, y pueden soltarse del juguete y ser tragado por el niño. Dos o más imanes (o un imán y un objeto metálico) pueden ser atraídos entre sí a través de las paredes intestinales y causar daños terribles. Lo ideal es mantener los juguetes que tienen imanes fueran de los niños menores de 6 años.

 Globos Los globos sin inflar o pedazos de globo que se ha reventado puede provocar asfixia. Mantenga los globos alejados de niños menores de 6 años.

Juguetes de niños mayores. Ya sea que en la casa hayan niños mayores , o hayan niños mayores de visita en su casa y traigan sus juguetes , o que vayan  a la casa de alguien; asegúrese  de que los juguetes que llegan a las manos de su hijo son apropiados para el 

¡Aprender a compartir es muy sencillo!

Priscilla Mora
Licenciada en Orientación Infantil y Máster en Educación Temprana de Framingham State College. Recibió cursos con Glenn, Janet y Douglas Doman, sobre el reconocido "Método Doman." Ha trabajado con niños y padres desde hace 17 años. Directora y decana en Educación en la Universidad Latina. Encargada de la sección de estimulación temprana del programa "Buen día" y a partir del mes de mayo conductora del programa "El ABC de los padres", por Xpert TV 33.


Vós y tu hijo de dos años tendrán horas de diversión con este simple juego, y también estimularás su desarrollo
Uno para ti, uno para mí 
Puedes usar cualquier cosa que quieras para este juego: botones grandes, ceras, uvas pasas. Dale a tu hijo un pequeño montón y pídele que los reparta (uno para ti, uno para mí) en pequeños contenedores o platos. Invita a tu pareja, a un amiguito o a su osito favorito a que se una también para que pueda practicar compartir cosas con tres personas. A tu hijo le encantará estar a cargo del reparto, y este juego también le ayudará a conocer los números.


viernes, 15 de abril de 2011

Con AMOR y FIRMEZA


Nathalia Calderón
Directora del CELA (Centro Especializado en Lenguaje y Aprendizaje).
Terapeuta de Lenguaje, Máster en Psicopedagogía, Máster en Administración Educativa y Licenciada en Educación Especial. Especialista en problemas de aprendizaje UNED.
Colaboradora del programa "Buen Día" 

Bien se ha dicho  que el primer lugar para formar los hijos e hijas es la familia y no las instituciones educativas, sin embargo,  ésta tarea maravillosa que Dios nos ha encomendado, no siempre resulta  tan fácil.    Nuestros hijos son regalos del cielo y como tales debemos aprender a guiarlos adecuadamente para que aprendan cómo realizar lo que desean de la manera más óptima.
Es fundamental por lo tanto establecer reglas para fortalecer conductas y lograr un sano e integral crecimiento personal.  El mundo está rodeado de reglas y los hijos deben aprender a vivir en ellas desde muy pequeños…   de tal forma que los límites deben basarse en las necesidades de los niños y niñas.
 Lo que se LIMITA es la CONDUCTA, no los sentimientos que la acompañan.  A un niño se le puede solicitar que no haga alguna cosa,  pero nunca se le puede pedir que no sienta algo o impedirle una emoción o sentimiento.
Los LÍMITES deben fijarse de manera que no afecten el respeto y la autoestima del niño (a).   Se trata de poner límites sin que el niño se sienta humillado, ridiculizado o ignorado.     Es necesario que se señale la situación problemática empleando pocas palabras.  Los sermones son poco efectivos y alteran a las personas.   Evite calificar al niño, solamente señale el problema.   Sea firme,  pero tranquilo.
Algunos consejos fundamentales son:

Dedique el tiempo suficiente...   Si uno está mal para enfrentar el día, si no se lleva bien con otros miembros, si se siente presionado o si tiene temor por el día que se avecina, los niños sentirán esta tensión.

Cuando no se respetan los LÍMITES, debe traer consecuencias.  Las cuales deben ser proporcionales, directas y, en la medida de lo posible inmediatas a la situación que las provoca.   Las consecuencias deben ser adecuadas a la situación.  Esto es, que guarden una relación natural o lógica con la conducta en cuestión.

Las REGLAS deben establecerse de común acuerdo entre padres e hijos, deben ser el producto de la discusión y el entendimiento.

Es más fácil establecer DISCIPLINA cuando la persona responsable de los niños realmente se siente satisfecha de estar a cargo del niño, cuando disfruta al compartir con ellos y cuando es capaz de respetar la necesidad de seguridad de ellos.  La disciplina da buenos resultados cuando los adultos son firmes, observadores y afectuosos, nunca si estos se muestran superficiales. La disciplina debe ser firme pero nunca grosera, respetuosa y no hiriente, o sea debe controlar  pero nunca lastimar al niño.

La DISCIPLINA depende en gran parte de las habilidades y de las conductas de los adultos, como también de la capacidad para combinar el afecto y el control.  Esto es difícil, pues exige mucho de nosotros mismos.  La buena disciplina no es solamente castigar o lograr que las reglas se cumplan, implica también que nos gusten los niños y que ellos se sientan aceptados y queridos por nosotros.  El proveerles de reglas claras y apropiadas es sólo para su protección.

Nuestra conducta y actitudes afectan la conducta de nuestros hijos.  Es posible que los niños se sientan bien, pero empiezan a portarse mal si se les dirige masivamente, o se les grita, en lugar de tratarlos  como seres humanos.  Los niños imitan la conducta de los adultos y si el adulto es grosero, estos también lo serán. 
El manejo de los niños debe ser gentil pero con autoridad, ofreciéndoles siempre dirección y conductas apropiadas para imitar.  Los niños necesitan adultos que tengan autocontrol y en quienes ellos puedan confiar. 
Existe una frase que una vez leí y encierra muy bien, lo señalado….   

“Educar a un niño es como sostener en la mano un jabón.  Si aprietas mucho sale disparado, si lo sujetas con indecisión se te escurre entre los dedos, una presión suave pero firme lo mantiene sujeto”. Anónimo.

jueves, 14 de abril de 2011

El niño que no come

Dr. Gustavo Lazo
Pediatra- Inmunólgo
Hospital Nacional de Niños, Hospital Clínica Bíblica.
 
 
 
Una de las quejas más frecuentes de madres y padres en la consulta pediátrica es que su niño NO COME. 
Para sorpresa de los padres y también de los cuidadores (abuelas, nanas, etc), el pediatra procede a pesar y medir al niño para luego plotear su situación en tablas diseñardas para la evaluación nutricional, en las cuales se demuestra que todo está perfecto.
La velocidad con la cual el niño crece, varía a lo largo de la vida. El niño pequeño (menor de 36 meses) y el adolescente (aquel que inicia cambios puberales independientemente de la edad, ya que esta es variable) crecen muy rápido, por lo que  su cuerpo les demanda una gran ingesta calórica y, por lo tanto, comen mucho.
El resto de la vida se caracterizará por una demanda limitada de calorías y por un crecimiento muy estable, lo que genera un apetito lábil a golosinas y desórdenes alimenticios.
El niño que no come tiene un gran espectro de comportamientos, cada uno de los cuales requiere esfuerzos particulares por parte de sus cuidadores, pero es de particular importancia que todos colaboren, es decir, padres, abuela y/o nana deben estar convencidos de que van a hacer lo correcto, manejando todos el mismo discurso y objetivos.


El niño con poco apetito debido a enfermedades orgánicas
Diferentes situaciones clínicas pueden asociarse al acto de no comer. En este apartado hablamos de enfermedades asociadas a una mala ingesta alimentaria, y que impiden, de alguna manera, el acto de la alimentación o el aprovechamiento de nutrientes. 
Algunos síntomas y signos que nos permiten identificar estas situaciones son:
  • Atragantamiento frecuente, acompañado de dolor para tragar
  • Pérdida de peso
  • Vómitos frecuentes
  • Diarrea persistente
  • Alergia inducida por ciertos alimentos
  • Eczema o urticaria
  • Asma
  • Infecciones frecuentes
  • Retrasos en el desarrollo psicomotor del niño.
Estas son señales de alerta que deben motivar al encargado del cuidado del niño a consultar, y pueden ser causadas por muchas enfermedades.
El pediatra será el encargado de explorar más a fondo cada caso particular. Revisar cada enfermedad escapa a los objetivos de esta revisión. 
El manejo de cada situación será personalizado a cada caso y bajo la vigilancia del especialista correspondiente.

Ingesta  altamente selectiva    
El niño tiene hambre, fácilmente empieza a comer, pero luego de examinar su alimento, lo deja de hacer y se rehúsa a continuar. Usualmente estos niños comen un número limitado de alimentos y se rehúsan a comer alimentos con cierto olor, sabor, textura, temperatura o aspecto. Es frecuente que acepten alimentos preparados bajo sus condiciones en formas muy específicas, y se encuentran renuentes a probar alimentos nuevos. 
Característicamente el niño tiene crecimiento y desarrollo normales.
Algunos consejos para su manejo son:
  • Evite conflictos. No fuerce a su niño a comer alimentos que no le gustan, ni lo mantenga sentado horas en la mesa hasta que termine (cosa que nunca hará), no lo castigue por no comerse ciertos alimentos. Todo esto reforzará negativamente el tiempo de alimentación.
  • Ofrezca siempre algún alimento que el niño acepta sin protestar en cantidad limitada y como parte de la dieta de toda la familia. 
  • Coman todos en la familia alimentos nuevos en la presencia de su niño, dejándolo probar cuando lo acepte, manteniéndose neutra acerca de su reacción hacia el alimento. Demuestre cómo le agrada a usted el alimento, sin hacer alusiones personales. Eso le dará curiosidad para explorar esos alimentos.
  • No persiga al niño con comida por toda la casa ni lo acose a toda hora. El cuerpo humano está diseñado para que el apetito se despierte luego de cierto período de ayuno, si le damos al niño lo que le gusta, o lo que quiere, a toda hora o a la hora que quiere (la leche, el huevito, etc), el niño no tendrá hambre cuando todos van a sentarse a la mesa. El niño habrá recibido lo que requiere para "sobrevivir" pero a la hora que quiere y con los alimentos que le gustan. Usted no está torturando a su hijo, sólo lo está ayudando a mejorar su apetito y con él, las ganas de probar o comer lo que se le sirva.
  • No diseñe menú especial de niños y menú para el resto de la familia, esto refuerza su comportamiento selectivo, eso sí, recuerde siempre incluir al menos un alimento que al niño le gusta en el menú de toda la familia, sin que sea el principal y en cantidades limitadas, para que no sienta el niño que lo están agrediendo y para que no se llene sólo con él.
El niño normal con poco apetito por concepto erróneo de los padres
Algunos de estos niños fueron prematuros o pequeños al nacer, tienen uno o ambos padres pequeños o que crecieron lentamente. Estos niños parecen saludables o activos, y tienen un desarrollo psicomotor normal, aunque "desde pequeños andan en las partes más bajas de la curva de crecimiento según el pediatra".
La mayoría de estos niños come pero "no crece" (según sus cuidadores) y esta conclusión se saca de la desagradable competencia y la desagradable comparación con otros niños de su edad (vecinos, primos, conocidos o compañeros de crianza).
Cada niño tiene una genética que determina la forma en que va a crecer. No se espera que un niño tenga un peso mayor al que su talla puede soportar.
Estos niños comen a sus horas y en una variedad aceptable, pero los queremos ver gordos y grandes. Enfocarse en engordar a una criatura de este grupo hará niños obesos con gran cantidad de enfermedades crónicas en el futuro.
Para estos niños es aceptable fomentar hábitos de alimentación saludables de forma tal que:
  • Proporcione a su niño porciones de 3 comidas y 2 meriendas de 2 a 3 horas entre comida y merienda.
  • Proporcione sólo agua entre las comidas, no jugos, leche o galletas.
  • Sirva porciones pequeñas y ofrezca una ración nueva tan pronto como se termine la anterior.
  • No haga tiempos de comida eternos. La duración de las comidas será de unos 20 a 30 minutos.
  • Alimente a su hijo en una mesa familiar, los niños comerán por imitación de su ejemplo.
  • Minimice distracciones al comer ¡APAGUE LA TELE!
  • Elogie las habilidades alimentarias por sí mismos.
  • Sirva porciones y alimentos adecuados para su edad.
  • Fomente la alimentación independiente y tolere el desorden inherente a la edad.
El niño vigoroso con poco interés en la alimentación
Este niño no está interesado en los alimentos, deja de comer después de algunos sorbos, constantemente trata de bajarse de la silla de comer o se levanta de la mesa, le encanta interactuar y jugar con sus familiares.
Para el manejo de estos casos se recomienda:
  • Fomentar que su niño sienta hambre
  • Proporcione 3 comidas y 2 meriendas, en intervalos de 2 a 3 horas.
  • No ofrezca nada más que agua entre cada tiempo de alimentación, no jugos, leche, golosinas.
  • Sirva porciones pequeñas, ofreciendo ración nueva apenas termine la primera, pero sin dar oportunidades entre las comidas. 
  • Alimente a su niño en una silla de comer o en la mesa familiar para que toda la familia sea ejemplo para su niño. Nadie se va de la mesa aunque termine hasta que todos estén listos.
  • Minimice las distracciones durante la comida ¡APAGUE LA TELE! 
  • No fomente juegos con la comida.
  • No permita que coma entre comidas.
  • No permita amenazas, no lo fuerce a comer, pero no hay nada hasta el siguiente tiempo de comida.
  • No haga apuestas ni tratos para que coma.
El niño deprimido/apático con poco interés en la alimentación
Es retraído o irritable, no sonríe ni habla mucho, muestra poco interés en jugar.
Estos niños se encuentran en un ambiente que favorece la depresión con padres que discuten, se recriminan o agreden. Con relaciones conflictivas entre hermanos u otros miembros de la familia. Ocasionalmente el nivel de violencia produce familias disfuncionales lo cual definitivamente deprime al niño en forma secundaria. La familia piensa que el niño requiere "apoyo psicológico", el cual sólo dará resultados si lo involucramos en problemas y diferencias reciben consejería psicológica, espiritual o de familia. El profesional en psicología no logrará nada si la familia no está interesada en resolver sus propios problemas.
Estos niños con frecuencia enfrentan desnutrición.
Su manejo está basado en que responden positivamente al afecto, cuidado y protección de la persona que lo alimenta.
Podría recibir algunos suplementos alimenticios para ayudarlo a superar la desnutrición.
El manejo debe incluir conciencia de los cuidadores en la necesidad de cambio en actitudes destructivas. Llevar el niño al psicólogo sin hacer algo para cambiar la disfunsión familiar no será de gran beneficio.

El niño con temor a la alimentación
Llora cuando ve los alimentos o los utensilios de comida (como una cuchara, o la silla de comer), se resiste intensamente a comer. Usualmente comenzó a rechazar los alimentos después de una mala experiencia relacionada a la alimentación, como ahogo o vómitos, o bien podría haber sido alimentado con sonda por lo que teme comer. Este niño podría tener desnutrición.
Se recomienda:
  • Establecer un horario regular para que el niño se duerma y despierte, alimentándolo preferiblemente cuando el niño esté medio dormido. Estos niños requieren reeducación como si fueran bebés ofreciendo líquidos, gradualmente avanzando a puré, luego alimentos blandos y luego sólidos.
  • No amenace ni fuerce al niño, esto genera más temor.
Vicios frecuentes de los cuidadores para los niños que comen poco
Los complementos alimenticios: En el mercado hay gran cantidad de complementos alimenticios como fórmulas especiales, complejos vitamínicos y otros. Estos complementos deben ser utilizados en equipo y bajo supervisión con su pediatra. Tenga en cuenta que si usted aporta al cuerpo sus requerimientos en forma artificial, el cuerpo no generará la necesidad de comer, pues las necesidades han sido saciadas, así que tenemos que establecer diferencias en el manejo del niño que no puede comer (que sí requiere suplementos de este tipo siempre, al igual que aquellos con desnutrición o mal nutrición) y del niño que no quiere comer. Como se puede inferir de la información anterior, muchos de los problemas son de tipo conductual, no biológico, de tal forma que el uso de estos complementos deberá ser cauto y adaptado a cada caso particular.
Los "generadores de apetito": en el mercado ningún complemento nutricional ha probado mejorar el apetito de un niño. Algunos medicamentos tienen el aumento en el apetitot como "efecto secundario", dentro de los cuales se encuentran esteroides y algunos antialérgicos, pero bajo ninguna circunstancia deberían ser ofrecidos al niño que no come con el objetivo de abrir el apetito, ya que sus efectos secundarios podrían comprometer el crecimiento y hasta la vida del niño. Si su niño no quiere comer, gastar dinero en medicinas para abrir el apetito no solucionará nada.
No persiga al niño por toda la casa con la cuchara: el niño debe comer con toda la familia en la mesa, e idealmente, si su edad lo permite, no debe tener menús especiales. PREDIQUE CON EL EJEMPLO. Si cada quien come en su cuarto, o a diferentes horas, el niño nunca aprenderá a comer. Si usted le enseñó a comer a sus horas, en la mesa y no come, nada pasa, no debe haber conflicto, sencillamente se guarda todo y se intenta en el siguiente tiempo de comida, no antes.
Los alimentos no se cambian a gusto del niño: el niño puede tener sus favoritos, pero si no comió lo que hay, no se le hace el menú que quiere. Ejemplo: El niño no comió pero le voy a hacer la lechita o el huevito para que tenga algo en el estómago. Este niño come lo quiere, y a la hora que quiere, nunca comerá lo que los padres o cuidadores sueñan pues está "sobreviviendo" de la forma más fácil.

Este material fue elaborado tomando como bibliografía material ofrecido por la compañía Abbott, avalado por la Asociación Costarricense de Pediatría y enriquecido con algunos matices de mi experiencia personal. No debe ser utilizado o reproducido con fines de lucro, ni pretende ser utilizado con fines publicitarios, su único objetivo es educar e informar a cuidadores de niños. Recuerde consultar cada caso particular a su pediatra.