sábado, 6 de octubre de 2012

Tres consejos para las primeras semanas de tu bebé


Marcia Hornok

1. Encontrar un horario. Sabiendo que la mayoría de los recién nacidos nacen con su propio horario, me propuse descubrir los ritmos naturales del día de mi hija. Usando un planificador diario, anoté cuando dormía, comía y se quedaba despierta mi hija. De esta manera, yo era capaz de identificar y posteriormente mantener su horario – notando primero un patrón después de dos semanas.
2. Tranquilizar a los hermanos mayores. Como amamantar a un recién nacido puede consumir mucho tiempo y yo no quería que mis otros hijos sintieran que el nuevo bebe tenía toda mi atención, durante los tiempos de alimentación hacia a mis hijos traer libros y los leíamos juntos en el sofá mientras yo amamantaba.
3. Poner al bebé a dormir. Para ayudarme a calmar a mi pequeña en su cuna después de alimentarla, le calentaba la cama. Una forma de calentar la cunita es con una almohadilla térmica,siempre quitando la almohadilla de la cuna y apagándola antes de acostarla.

Este artículo aparece originalmente el número Verano 2011 de la revista Thriving Family. Derechos de autor ©  2011 porMarcia Hornok. Usado con permiso. ThrivingFamily.com

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Lactancia, el poder de la mente



Temas como lactancia y adopción, lactancia materna y sus beneficios en momentos de estrés crítico y lactancia ante cirugías estéticas como reducción o levantamiento de busco, son sólo tres aristas que nos ofrece este excelente artículo. De la mano de Ingrid Broitman  usted podrá conocer los casos de tres valientes mujeres que retaron los mitos y se animaron a dar de mamar sin miedos, ni tapujos.



Ingrid Broitman es nutricionista egresada de la Universidad de Costa Rica. Durante muchos años se ha dedicado al campo de la consejería en Lactancia Materna siendo una de las mejores en su campo en el país. Para dudas o consultas puede llamarla al 2291 4904 o visitar su página web 
http://lactanza.com

El destete definitivo

Cuando los niños crecen, las madres se empiezan a preguntar cuándo debe ser el destete, es decir, cuando deben de dejar de dar de mamar a los más pequeñitos de casa. Ingrid Broitman nos habla sobre ese momento en el siguiente enlace 




Ingrid Broitman es nutricionista egresada de la Universidad de Costa Rica. Durante muchos años se ha dedicado al campo de la consejería en Lactancia Materna siendo una de las mejores en su campo en el país. Para dudas o consultas puede llamarla al 2291 4904 o visitar su página web http://lactanza.com

Mi bebé es mejor que el tuyo


Por Audra Charlebois
Traducido por Cristhiam Álvarez Rosales para Enfoque a la Familia

Desde que nació mi hija la he considerado la «bebé de mis sueños». Desde el primer día ella comió cuando tenía que comer, eructó cuando tenía que eructar y durmió cuando tenía que dormir. Cuando tenía seis semanas ya dormía bien en la noche. Me sentía muy orgullosa.
Un día conocí otro bebé cinco meses mayor que mi bebé quien todavía se despertaba varias veces durante la noche. «Qué dicha que no es mi bebé» -pensé - «Sus papás deben estar vueltos locos por la falta de sueño.»
Sin embargo, poco después, pasé un tiempo con otra familia cuyo bebé ya gateaba. El bebé era como dos meses menor que mi hija. ¿Por qué será que mi bebé aún no gatea? –me pregunté a mí misma. ¿Será que se está tardando en su desarrollo? ¿Será que hay algo que no anda bien?

Orgullo versus probar o demostrar
Es normal que los padres se sientan orgullosos de los más mínimos éxitos de sus hijos. Incluso durante el periodo del embarazo sonreí con orgullo cuando el doctor dijo que mi bebé estaba sana y fuerte, pero como madre primeriza también me sentí insegura de mí misma y comencé a observar otras familias para ver si estaba haciendo las cosas de la forma correcta.
Pude notar rápidamente que mi hija era más saludable que otros niños, tenía una naturaleza agradable y molestaba menos que los otros niños. También me di cuenta que aunque dormía bien no dormía tanto como su primo y me desilusionó un poco que no gateara tan rápido como el bebé de mi amiga.
Pronto mis observaciones evolucionaron en una competencia pasiva-agresiva. Empecé a comparar constantemente a mi hija con los niños que la rodeaban: su ropa, su dieta, cuánto babeaba. Nada escapaba de mi atención. Incluso los mismos éxitos de los cuales me sentía orgullosa empezaron a comerse mis pensamientos y se convirtieron en comparaciones eternas. Ya no adoraba a mi hija simplemente, ahora tenía que probar por qué ella adorable.
El daño de comparar
No soy la primera madre que experimenta este impulso. Isaac y Rebeca también compararon a sus hijos gemelos, Jacob y Esaú. Cada uno tenía su favorito, una competencia que llevó al engaño y a un conflicto amargo. De manera similar, en la historia bíblica, cuando Jacob tuvo hijos, su preferencia por José hizo que sus otros hijos se pusieran celosos, generaran odio, mentiras y un plan para matarlo.
La competencia hace que los hijos se enfrenten entre ellos, que los padres se enfrenten con los hijos y que los padres se enfrenten el uno con el otro. Si mi hija ve que yo la comparo con otros niños, probablemente aprenderá a hacerlo. Me da temor pensar que mi hija tratará a otros con desprecio porque piense que es mejor que ellos. He visto adolescentes que crecen con vidas dobles evitando desesperadamente el escrutinio de un padre al que nunca pudieron satisfacer. He sido testigo de la destrucción que pequeñas competencias pueden ocasionar en las amistades, las familias y los matrimonios.
Un Dios incomparable
A veces siento que estoy peleando una batalla imposible. A pesar que ruego al Señor para que quite de mi corazón este horrible hábito, todavía me veo haciendo comparaciones. Pero Dios me ha ayudado a entender algo que me da esperanza: No soy perfecta y tampoco lo serán mis hijos, sin embargo Jesús sí lo es. Irónicamente, esa comparación de la perfección de Cristo y mi insuficiencia no me hace sentir miserable. En su lugar, cuanto más tiempo paso observándolo, más me parezco a Él. Me siento segura al saber que Él me ama a pesar de mis fallas y que nunca me critica cuando me quedo corta.
Mi esperanza es que conforme me asemejo más a Él pueda transmitirle esa seguridad a mi hija. Quiero que el valor de ella provenga de Él, no de la cuenta que yo haga de sus éxitos en comparación con los de otra persona. Quiero que ella se regocije en quien ella es y que no se estrese por lo que ella no es.
Los malos hábitos son difíciles de quitar y seguro tendré que luchar contra las ganas de comparar por el resto de mi vida. Solo necesito recordar que mi trabajo como madre va más allá de llevar a mi hija a través de una serie de hitos en su desarrollo. El éxito de la crianza no viene por comparar los éxitos de su hijo, sino por presentarle a un Dios que no tiene comparación.


Este artículo apareció por primera vez en la edición de octubre del 2008 de la revista Focus on the Family. Derechos de autor© 2008 Audra Charlebois. Todos los derechos reservados.
Encuentre el artículo original ublicado en inglés en el Sitio Web: www.thrivingFamily.com

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¿Cómo ser padres ejemplares para los hijos en las finanzas?



¿Cómo lograr tener un buen balance y ser papás ejemplares para los hijos en las finanzas? Este tema es de suma importancia dentro de las familias, por eso, de la mano de nuestros amigos de Enfoque a la Familia les compartimos este vídeo






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Comportamiento y estrategias de 0 a 3 años


Por Shana Schutte

¿Tratas de hacer un plan para que tu pequeño vaya al baño? ¿O tal vez sólo te gustaría terminar una comida sin ninguna sillita de comer y travesuras? Padres de niños pequeños, continúen leyendo para obtener el consejo experto del Dr. Kevin Leman.
Existen dos cosas que todas las personas en el mundo hacen: comer e ir al baño. Estas pueden ser también dos áreas desafiantes para los padres. Si eres el padre de un niño una niña pequeña, te debes preguntar cómo puedes hacer para que tu hijo, o hija, use la bacinica y cómo hacer que se queden en su sillita de comer durante los tiempos de comida. Aquí hay algunas ideas del libro: Ten un nuevo niño para el viernes, del Dr. Kevin Leman, autor, orador y psicólogo infantil.

Planes para aprender a ir al baño
En América celebramos muchas cosas: victorias de fútbol, matrimonios, cumpleaños e inclusive las victorias de enseñar a tu niño a ir al baño. ¿Enseñar a tu niño a ir al baño? Exactamente, esta es toda una conquista. Una tarde mientras veía televisión, un popular psicólogo entrenaba a una pareja sobre cómo animar y elogiar a su niño, lo que resulto en que el niño estuviera entrenado para ir al baño en menos de 24 horas. 
¿Asombrado? ¿Envidioso? ¿Desearías tener este tipo de éxito con tu hijo? No te preocupes; ¡mantén la esperanza! Si estás listo para que tu pequeño(a) bebé deje los días de pañales y comience a usar la bacinica, aquí hay unas ideas para ayudarte. Podrías no obtener resultados en 24 horas, pero si obtendrás resultados que les harán felices a ti y a tu pequeño.
El Dr. Leman ofrece estas sugerencias simples para poner en marcha un “Plan para ir al baño”:

-Busca señales que sugieran que tu hijo está listo para entrenarlo para ir al baño. Si tu bebé hace preguntas sobre ir al baño y te imita cuando tú vas, estas son señales solidas de que está preparado. Y estar preparado es muy importante. El Dr. Leman advierte a los padres que tratan de imponer a sus hijos el entrenamiento para ir al baño cuando no están listos que terminaran peleando una batalla perdida.
-Incrementa las recompensas para alentar a tu hijo, con algo como comprar ropa interior de “niño grande” o “niña grande.”
-Consigue una bacinica pequeña que este cerca del suelo. Después, cuando tu hijo pregunte sobre el servicio, el Dr. Leman dice que puedes mencionarle casualmente que ese es uno que él puede usar.
-Anima a tu niño diciéndole que él puede hacerlo todo por sí mismo. Si eres el padre de un niño de dos años, sabes lo importante que esto puede ser; la independencia es algo importante a esta edad.
-No le preguntes a tu hijo cada cinco minutos si “tiene que ir.” Esto ayudara a crear un sentido de responsabilidad y confianza en tu niño para ayudarle a ser responsable de sus propias necesidades.
-Utiliza afirmación verba y alabanza. Cuando un niño va al baño, el Dr. Leman sugiere a los padres que digan algo como “¡Vaya! Mira lo que hiciste por ti mismo. ¡Es genial!” Sin embargo, él dice que no lo hagas parecer demasiado importante porque todos en el planeta son responsables de su propia vejiga.
-Recuerda que está bien si tu hijo no responde inmediatamente a tu plan para ir al baño. Si esto pasa, el Dr. Leman dice que simplemente guardes la bacinica y que la saques una o dos semanas después. Tal vez para entonces tu hijo estará listo.
-Mantén presente que no todos los niños están listos para el entrenamiento para ir al baño a la misma edad, pero entre los 2 y 2-½ años es típicamente un buen momento para empezar.
-Disciplina al niño holgazán. Si tu hijo está ocupado jugando afuera, no quiere tomarse el tiempo para entrar e ir al baño, moja sus pantalones y dice que “olvido ir” apégate a la regla del Dr. Leman que “cada uno puede usar solo un par de ropa interior por día.” Eso significa que tu hijo ya no podrá salir a jugar por el resto del día. Entonces, la próxima vez el recordara escuchar a su vejiga.

La sillita de comer y las travesuras
Recientemente pase por una cartelera que mostraba a un bebé en su sillita de comer, su cara manchada con algo pegajoso y rojo. Él se parecía al gato proverbial que se comió al ratón: completamente encantado y satisfecho.
Para los padres que enfrentan dilemas con el tiempo de comida con su “niño en la sillita de comer,” puede ser de todo pero no encantador y ni satisfactorio. De hecho, podría hacerte querer tirar la silla afuera.
 Aquí hay algunas sugerencias del Dr. Leman para lidiar con “la sillita de comer y las travesuras”:

-Recuerda que tu niño normalmente tomará un corto tiempo para comer. Si tu ya has alimentado tu niño en su sillita de comer, sin duda has aprendido que cuando tu niño o niña terminó de comer, terminó de comer. Y cuando termino quiere que lo bajen de inmediato. Por lo tanto, podría tratar de bajarse por sí mismo o empezar a tirar la comida, o sus platos. Mamás, papás, sean pacientes. El Dr. Leman dice que él no está tratando de ser travieso; el solo aprendió que cuando hace estas cosas, tú vienes corriendo. Por tanto, la clave para detener este comportamiento es observar a tu hijo y tomar nota cuando termina de comer. Luego, bajarlo inmediatamente antes de que las travesuras comiencen.
-Enséñale a tu niño que una vez que lo bajas de la silla, la comida ha terminado. Esto significa que no cedas si él quiere algo más de comer de inmediato. Sin meriendas. Nada extra. Has del tiempo de comida una rutina y él o ella comerá.
-No esperes demasiado de tu hijo. Recuerda que tu hijo o hija tiene un lapso de memoria muy corto y que es difícil para los niños y las niñas (especialmente para los más pequeños) sentarse por largos periodos de tiempo. Esto significa que si tú y tu pareja están planeando salir por una larga y relajada cena a uno de tus restaurantes favoritos, deberías pensar en contratar una niñera o cambiar los planes.
-No trates de apaciguar a tu niño. El Dr. Leman dice que algunos padres tratan de mantener a sus hijos callados en su sillita de comer antes de cenar para poder preparar la cena para todos los demás. El problema es que para cuando la cena esta lista, tu niño, o niña, ya está muy lleno para comer cualquier otra cosa. La respuesta es alimentar al pequeño o a la pequeña con lo que vayan a comer, siempre que sea posible.
Estas sugerencias para comer y para el entrenamiento para ir al baño parecen muy simples, pero ¡funcionan!

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Introducción de los alimentos al ritmo del bebé

¿Iniciando el proceso de ablactación o introducción de alimentos sólidos en la dieta de su bebé? Este artículo es para usted. Ingrid Broitman de Lactanza describe en el enlace a continuación cómo introducir los alimentos al ritmo del bebé.


                                           Introducción de los alimentos al ritmo del bebé



Ingrid Broitman es nutricionista egresada de la Universidad de Costa Rica. Durante muchos años se ha dedicado al campo de la consejería en Lactancia Materna siendo una de las mejores en su campo en el país. Para dudas o consultas puede llamarla al 2291 4904 o visitar su página web http://lactanza.com

¿Tenemos que dejar de comer frijoles al amamantar?

Nuestra colaboradora Ingrid Broitman, especialista en Lactancia Materna y Nutrición del Bebé nos comparte este interesante artículo sobre una de las preguntas más comunes que realizan las madres lactantes ¿puedo comer frijoles al amamantar? ¿le pueden provocar cólicos al bebé? ¿será esto sólo un mito? En el enlace a continuación está la respuesta





Ingrid Broitman es nutricionista egresada de la Universidad de Costa Rica. Durante muchos años se ha dedicado al campo de la consejería en Lactancia Materna siendo una de las mejores en su campo en el país. Para dudas o consultas puede llamarla al 2291 4904 o visitar su página web http://lactanza.com