Dayana Leitón
Audióloga
Clínica de Especialidad Audiológicas CEA NMG
En los últimos años ha tenido gran auge el tamizaje auditivo neonatal, en muchos países los hospitales ya cuentan con este servicio y forma parte de las pruebas obligatorias que se le deben de hacer a todos los recién nacidos antes de abandonar el centro hospitalario.
La prueba de emisiones otoacústicas es la que nos sirve para detectar problemas en la audición desde edades tempranas. Es fundamental para evaluar el estado auditivo en niños con factores de riesgo prenatal, perinatal, y postnatal.
La misma es una prueba objetiva que va a medir la audición y consiste en la estimulación de las células ciliadas externas del órgano de Corti, ubicadas en el oído interno y que registra las emisiones otoacústicas que ellas producen, evaluando diferentes frecuencias.
· No requiere de que el niño demuestre una reacción conductual
· Es indolora
· No invasiva
· Rápida y eficaz
Las respuestas de la prueba son confiables, se presentan de manera inmediata una vez que se introduce una sonda en el conducto auditivo externo del niño, el aparato envía un sonido que estimula las células y estas envían de vuelta las respuestas como en forma de eco, el equipo analiza esas respuestas y da un resultado de “pasa” o “refiere”. De acuerdo con el resultado “pasa”, el niño no presenta ninguna alteración auditiva y si es “referir” puede ser que exista algún daño auditivo. Lo recomendable es repetir la prueba en un lapso de dos semanas, y si esta vuelve a fallar es importante realizar pruebas electrofisiológicas y así complementar el diagnóstico auditivo.
La prueba de emisiones otoacústicas es una herramienta útil para descartar hipoacusias tempranas, que puedan interferir en el desarrollo intelectual y social de un niño.