miércoles, 30 de mayo de 2012

Superando dificultades después de una separación

Traducido por Cristhiam Álvarez Rosales para Enfoque a la Familia

Es característico de los padres solteros encontrarse con un número de situaciones estresantes en el proceso o después del divorcio. Algunos de los problemas y trampas comunes incluyen:

Depresión crónica de bajo nivel. ¿Se siente letárgico? ¿Las cosas que antes disfrutaba le parecen sin sentido? Si es así, puede que sea víctima de una depresión decepcionante, una que parece manejable cuando usted lo intenta un poco más. Esta condición disfuncional a menudo antecede a ataques de comida en exceso, alcohol, uso de drogas, ver televisión de forma compulsiva y navegar por páginas web inapropiadas. La prueba ácida: ¿Consume/mira/lee usted algo que no disfruta solo para desconectarse?

Inversión del rol padre-hijo. Perder a una pareja por divorcio o muerte puede llevar a los padres solteros a cambiar roles con sus hijos, volviéndose el hijo el que nutre y el padre, el “nutrido”. Los padres que se apoyan en sus hijos emocionalmente a menudo los separan de sus grupos de pares y desarrollan una mentalidad de “nosotros contra el mundo” que hace daño a sus hijos. Para las hijas, esta mentalidad puede comunicar que todos los hombres son malos y que no son dignos de confianza (“Mira lo que tu papá nos hizo a nosotras”). Para los hijos, puede ser incluso más dañino –como se ilustra en el siguiente punto.

Cuestiones de madre-hijo. Una mamá soltera puede tender a criar a su hijo como su anti-esposo, sin ninguno de los rasgos negativos de su antigua pareja. Para hacerlo, aísla a su hijo de la influencia corrupta percibida de su padre y se inmiscuye en la vida de su hijo. Su subtexto manipulativo: “Me lo debes”. A cambio, el hijo explota el sistema para sacarle todo lo que pueda. Aprende que conforme parezca estar bajo la aprobación de su madre, puede tener todo lo que quiera. Irónicamente, estos esfuerzo sobre controladores pueden originar lo que la madre se propuso aplastar. Con el tiempo, su hijo puede volverse temeroso de que cualquier mujer le diga lo que tenga que hacer en la vida. En el mejor de los casos, tendrá problemas abriéndose emocionalmente a las mujeres. En el peor, podría volverse enojado y violento hacia las mujeres, incluyendo su futura pareja.

Lo que puede hacer
Eludir las disfunciones comunes no es difícil ni quita tiempo. Solo mantenga estas estrategias en mente:

Exprese sus emociones con sus pares, no con sus hijos. Si sus hijos son su principal fuente de apoyo emocional, considere un consejero eclesial o un grupo de apoyo de padres solteros en su lugar. No escoja a una persona adulta del sexo opuesto que está pasando por la misma situación. Todas las personas son vulnerables cuando están heridas, y es fácil malinterpretar un oído interesado por un interés romántico.

Escuche los sentimientos de sus hijos. Al tratar de evitar sus propios sentimientos, algunas veces puede perder de vista a los que están a su alrededor. Tómese un tiempo regular con sus hijos para hablar sobre cómo ellos se sienten. Utilice el tiempo en que conduce el auto, el tiempo de irse a dormir o una salida en fin de semana para su sesión de escucha. Trate de resumir lo que les ha escuchado decir. Recuerde, este es un tiempo para entender a sus hijos, no para componerlos.

Mantenga su palabra. Los hijos pueden experimentar estrés porque no confían que otras personas –incluso sus padres– harán lo que dicen que van a hacer. Para reconstruir la confianza de sus hijos, mantenga sus promesas y sea puntual. Ser un padre predecible puede ayudarles a sus hijos a construir confianza y a curar la soledad.

Tome tiempo para el contacto. Abrazar, mecerse, acariciarse la mano y otros hábitos de afecto contribuirán para restaurar la confianza rota. Incluso los adolescentes pueden disfrutar de un masaje en la espalda en la privacidad de sus hogares. ¡No sea tímido!

Ore por sus hijos. Sea espontáneo. Ore cuando camine, cuando prepare el almuerzo, o cuando vaya en auto con sus hijos. Sea intencional. Cada mes, escriba sus oraciones y anote cómo Dios contesta sus solicitudes. De hecho, solo hay una regla para orar con y por los hijos: No se detenga.

Establezca expectativas realistas. Puesto que no tiene una pareja para compartir la carga de la crianza, permítase un chance. No intente hacerlo todo, solo las cosas importantes.

Nútrase. Los patrones disfuncionales a menudo salen a la superficie en los periodos de crisis. En lugar de comer en exceso o de abusar del alcohol, encuentre otras formas de recargarse. Lea un libro, de una caminata, vea vitrinas o juegue su deporte favorito. Intercambie con otros solteros para que cuiden sus hijos para estos tiempos especiales.

Póngase una calificación. Escriba tres palabras que describan lo que quiere que sus hijos piensen de usted. Ahora escriba tres palabras que usted cree que sus hijos usarían para describirle. Si las listas no se parecen, tenga más esperanza. Todos tenemos tiempos difíciles. Solo asegúrese de que sus días malos no se vuelven hábitos malos. Cuelgue sus atributos deseados donde pueda verlos como un recordatorio para seguir luchando.

Si su familia es disfuncional –o si usted está tratando de cambiar los problemas por anticipado– recuerde que la vida no ofrece garantías. Usted salió de su hogar a “medio cocinar”, y así también saldrán sus hijos. Haga lo mejor que pueda; déjele el resto a Dios.
Este artículo apareció por primera vez en la edición de agosto de 1997 de la revista Single-Parent Family (“Familia de Padres Solteros”). Derechos de autor reservados© 1997 Dave Carder. Todos los derechos reservados.

Agradecemos a Enfoque a la Familia, Costa Rica por permitirnos compartir este artículo, si desea más información puede visitar su página en internet ingresando a:http://www.enfoquealafamilia.com