viernes, 17 de junio de 2011

Tener hijos no es para cobardes

Por Sixto Porras
Introducción
En la escuela, colegio o universidad no instruyen en cómo ser padre o madre y este desconocimiento nos abruma y nos asusta. En algunas ocasiones podríamos hasta sentir que estamos demasiado agotados para ser padres o madres. Los dos trabajamos y/o estudiamos, por lo que nos preguntamos ¿con qué tiempo seremos buenos padres?, lo que genera temor de no ser un buen papá o mamá.
Ser padres es todo un desafío, y al mismo tiempo es todo un privilegio, es, nuestro legado a la humanidad. Es una de las satisfacciones más grandes para aquellos que experimentan esta desafiante tarea. Una ilustración de esto, es que la dimensión de amor que se descubre en la paternidad y la maternidad es incomparable.
Legado a la humanidad
Las y los menores a nuestro cargo son una enorme responsabilidad, ya que el instruir y cuidar de ellas y ellos requiere fuerza, valor, dedicación y entrega. Ahora bien, para ejercer de manera precisa esta tarea es necesario tener claro que:
-Los hijos e hijas no son una forma de resolver diferencias en el matrimonio.
-Los hijos son una responsabilidad y una inversión importante de energía, ya que requieren atención de parte de sus progenitores en el proceso de construcción de su propia identidad.
-Son una tarea para ser compartida en familia, es decir, no es sólo de mamá sino de ambos progenitores.
-La misión de educar hijos es formarles en valores y darles sentido de pertenencia. En otras palabras, enseñarles hábitos y acompañarlos en el proceso. Los hijos e hijas deben sentir que se les ama y que pertenecen a esta familia donde siempre se les aceptará y amará con amor firme.
-Ellas y ellos llevan nuestros apellidos, llevan nuestra raíz genética, por lo que debe tomarse como prioridad, pasar lo positivo de nuestras costumbres y de esta manera, ayudar a construir un buen legado.
-Los hijos no son un objeto de pertenencia, no son propiedad de los padres. Son sujetos con derechos y deberes, que les proyectamos  en su proceso de formación integral, crecimiento y desarrollo, para que un día emprendan su propio camino y asuman sus decisiones con responsabilidad.
De ahí que nuestra tarea como padres y madres entre una gran e innumerable lista de tareas incluye:
-Ayudarles a construir su propio proyecto de vida, sin manipular sus decisiones.
-No involucrarlos en los problemas de papá y mamá, ya sean estos pequeñas diferencias, o dificultades más complejas, como pueden ser los procesos de divorcio. Esto es de valientes.
-Colaborar en la construcción de una cosmovisión basada en los valores de la familia, que les prepare para el proceso de socialización.
-Enseñarles a enfrentar la presión de grupo, ayudarles a formar su criterio propio, permitirles crecer en disciplina, límites claros y una autoridad que busca el cumplimiento de las normas establecidas y acordadas (Manejo de libertad con delegación de responsabilidades).
-Potencializar sus destrezas para que sean seguros de sí mismos.
-Utilizar vocabulario positivo, que les instruya, fortalezca y les haga personas con una autoestima sana y abierta a la mejora constante.
-Construir con ellos y ellas un código ético que los haga verse a sí mismos como personas con dignidad y valor.
-Enseñar a tratar con las diferencias de criterio y enseñarles a vivir en sociedad.
Una lista como la anterior podría intimidarnos fácilmente, no obstante, nos deja ver con facilidad que ser padres y madres no es para cobardes, ya que requiere, entre muchas cualidades, sabiduría, tolerancia, tiempo, respeto, paciencia y cordialidad que nos ayude a ser padres eficaces, pero sobre todo de amor que nos impulse a querer dar lo mejor de nosotros mismos por nuestros hijos e hijas.

Agradecemos a Enfoque a la Familia, Costa Rica y a su departamento de medios de comunicación por permitirnos compartir este artículo, si desea más información puede visitar su página en internet ingresando a: http://www.enfoquealafamilia.com