miércoles, 25 de mayo de 2011

Bajo la sombra de Tus Alas

Jacqueline Campos, una de nuestras seguidoras vía facebook, nos compartió vía e-mail un testimonio que no nos podíamos guardar. Es una maravillosa expresión de la grandeza de Dios. Los invitamos a leerlo a continuación:


Tengo 15 semanas de embarazo y un desprendimiento del 10%  de la bolsita del bebé. Estamos los dos luchando mucho y cuidándonos. El miércoles pasado me sentía muy mal, me fui al hospital y el diagnostico que me dieron fue que mi bebe había colapsado.
Yo en ese momento lo que imaginé fue que se había desprendido más, jamás imagine que había perdido a mi bebé. No saben lo que sentí cuando la doctora me dijo lo sucedido. Inmediatamente me pasaron a sala de operaciones para el legrado, y ya lista con la bata verde entró mi esposo. Le conté lo que había pasado, él estaba en un estado donde no  me decía nada. 
Cuando me llevo arriba se ataco a llorar, yo igual pues no lo podíamos creer, nuestro segundo bebe lo habíamos perdido. Se le aviso a la familia, ya que tengo otra bebé, y necesitábamos avisar que yo no iba a llegar a dormir. 
Paso un ratito y una doctora  preguntó que porqué yo estaba en el área de ginecología, le dijimos que había tenido un aborto prolongado. La doctora (nuestro ángel), dudo y dijo: "no, llévela a hacer un segundo ultrasonido". Nosotros seguimos las indicaciones, ya cuando era mi turno me acosté en la camilla y la doctora comenzó a hacerme el ultrasonido. Ella dudo que mi bebe estuviera muerto y me dijo: "no te lo voy a hacer abdominal porque tienes mucho liquido". NO SE IMAGINAN LA SORPRESA: MI BEBE ESTABA PATEANDO MOVIENDO LOS BRAZOS Y EL CORAZÓN LATÍA MUY FUERTE. La doctora sólo me dijo: "pero mama este bebé esta más vivo que usted". Yo comencé a llorar, pedía que pasaran a mi esposo y él cuando vio a bebé vivo, soltó en llanto.
Me pregunté por mucho rato ¿CÓMO ME PUDIERON HACER ESTO? La respuesta de unas enfermeras fue que la máquina de abajo era muy mala, no como la de arriba que es lo último en tecnología (se podrán imaginar cómo me puse al tener esa respuesta). 
Mi esposo y yo oramos juntos en un cuarto que nos dejaron esperando mientras firmaban mi salida, le dimos gracias infinitas a Dios ya que nos había hecho un milagro con nuestro bebé. Tengo siempre el desprendimiento, pero me estoy cuidando mucho y ahí esta mi bebé luchando por estar con nosotros.
Dios está actuando grandemente en mi vida, mi fe es muy grande y sé que mi bebé estará conmigo en noviembre, ya que estoy para ese tiempo. ¡Miles de bendiciones!

‎"El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente (...) Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro..." Salmo 91